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Los océanos de todo el mundo son fundamentales para calentar el planeta. Si bien, la tierra y la atmósfera absorben parte de la luz solar, la mayor parte de radiación solar es absorbida por el océano. Especialmente por las aguas tropicales cerca del ecuador.

¿Por qué el agua es un buen regulador de la temperatura?

El efecto amortiguador de la humedad ambiente

El ciclo del agua es un factor esencial para mantener la temperatura del planeta. A medida que se evapora y se eleva desde los océanos, se lleva el calor de la superficie de la Tierra a la atmósfera. Similar a lo que ocurre con el sudor, que mantiene nuestro cuerpo frío.

¿Pero cómo hacen la regulación de la temperatura?

Básicamente funciona como un retenedor del calor. El agua de los océanos se evapora constantemente, de manera que la humedad y temperatura en el aire aumentan. Esto forma lluvias y tormentas que son transportadas por los vientos alisios por largas distancias.

Casi todas las lluvias que caen sobre tierra tienen su origen en el océano. Los trópicos son muy lluviosos por la gran absorción de calor.

Las corrientes oceánicas transportan el calor de las zonas tropicales a los polos y el frío de los polos a las zonas tropicales para regular la temperatura del planeta. Los principales sistemas de corrientes oceánicas de hoy en día por lo general fluyen en el sentido de las agujas del reloj en el hemisferio norte. Pero en el hemisferio sur se mueven al contrario de las agujas del reloj. Mientras que en patrones circulares tienden a trazar líneas costeras.

Las corrientes de los océanos regulan el clima global al contrarrestar la distribución desigual de calor en la superficie terrestre. Sin las corrientes, las temperaturas regionales podrían ser extremas.

Sin las corrientes las temperaturas en el ecuador serían demasiado calientes y en los polos demasiado frías. De manera que sin los océanos la vida en la Tierra no sería posible o al menos no en todo el planeta.

 

Nuestro planeta tiene fiebre

El clima ha variado mucho a lo largo de la historia de la Tierra y lo seguirá haciendo, aunque en los últimos tiempos está cambiando de forma acelerada debido a las acciones del ser humano.

La atmósfera no está preparada para estas alteraciones y, en los últimos 150 años, ha registrado un aumento constante en las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero en sus capas más altas.

La razón principal es la quema de combustibles fósiles: carbón, petróleo, sus derivados y gas natural, que son los combustibles más utilizados por las industrias, el transporte y la vivienda.

La acumulación de gases de efecto invernadero en las capas más altas del planeta crean una especie de techo en las partes más altas de la atmósfera, impidiendo que el calor generado por la Tierra se disipe al espacio exterior. Así se genera el llamado “calentamiento global”, que trae muchas consecuencias desfavorables para el planeta y los seres humanos.